La diversidad cultural se manifiesta en el
ambiente familiar cuando la pareja proviene de diferentes culturas.
Los hijos que nacen de ésta familia se nutren
de los aportes de ambos. Los cuales deben conservar y difundir.
La diversidad cultura se manifiesta en el aula
y en la institución educativa cuando los educandos provienen de grupos
culturales diferentes. El compartir el aula con niños de diferente color o
costumbres lejos de ser un motivo de conflicto debe motivar en nosotros
actitudes de respecto e intereses por aprender de ellos.
La diversidad cultural en la familia y en el
aula es un patrimonio que debemos valorar, pues son una oportunidad para
nutrirnos de diferentes formas de interpretar la realidad y de expresar social,
cultural y lingüísticamente el mundo que nos rodea.
El racismo, la discriminación y la
marginación son productos de la falta de (maduración) la valoración de nuestra
propia cultura o de las otras culturas de nuestro país. Para lograr un
desarrollo auténtico y sostenido debemos ser conscientes de la riqueza que
tenemos en nuestra heterogeneidad.
Debemos enfrentar y evitar la homogenización de la
sociedad, la imposición de modas, culturas y la copia e imitación pasiva de
otras culturas.
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